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10 consejos para mejorar la relación con tu hijo adolescente

mejorar la relación con tu hijo adolescente

Es sabido de todos que la comunicación con adolescentes no es una tarea fácil. La adolescencia es una etapa crítica para todas las personas: aparecen los primeros signos de búsqueda de la independencia (que suelen interpretarse como rebeldía) y es muy común que los hijos, a esas edades, se separen de nosotros (cosa que muchas veces, interpretamos como que se encierran en sí mismos). Esos primeros sorbos de libertad y de cercanía con la vida adulta pueden contribuir negativamente en la comunicación, sobre todo si no los interpretamos correctamente. Por ello, hemos recopilado diez consejos para mejorar la relación con tu hijo adolescente.

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1. Continuidad y constancia

Por el mero hecho de ser su madre o su padre no vas a saber qué inquieta y preocupa a tus hijos. Además, muchos padres creen conocer a sus hijos y la experiencia les demuestra (a veces, de forma muy dramática) que no es así.

Las relaciones han de trabajarse y cultivarse: habla con tus hijos de forma honesta y abierta y sin dar por sentado que ya conoces las respuestas. La intimidad es la base para mejorar la comunicación con adolescentes, adultos, niños…

Y, desde luego, no es suficiente con hablar con ellos “de vez en cuando»: hazlo de forma habitual y esfuérzate en preguntarle y escucharle activamente. Si consigues evitar que estas conversaciones se conviertan en interrogatorios, habrás dado un paso de gigante hacia tus hijos. Si quieres saber más a cerca de cómo comunicarnos de manera sana con adolescentes, puedes leer este post que escribí hace un tiempo en el que te cuento muchos acerca de ello.

2. El valor de la libertad

Puede que te cueste dar más autonomía a tus hijos porque, al fin y al cabo, hay ciertas situaciones indeseables de las que convendrá encarecidamente alejarles. Caer en las drogas o el alcoholismo, unirse a grupos violentos, contraer enfermedades venéreas o un embarazo no deseado son circunstancias de alto riesgo para su salud y su posterior desarrollo que es normal que te preocupen.

Sin embargo, mejorar la relación con tu hijo adolescente pasa por dejar que tome sus propias decisiones. Tu rol, en este caso, deberá ser más el de un orientador que el de un “dictador». Piensa que, cuanto más obligues a tu hijo a hacer o a evitar algo, más probable será que no te obedezca y que se ponga en tu contra. El o ella está buscando su camino en la vida, y no tiene por qué ser el que tu le dictas.

Aunque a estas edades sea muy común que no sepan elegir bien lo que les conviene, en la medida de lo posible y razonable deja que cometan sus propios errores y que asuman sus consecuencias. Ese aprendizaje en sus propias carnes les ayudará a madurar y a valorar los consejos que les hayas dado previamente. Eso sí: nunca dejes de advertirles de los peligros y consecuencias que conllevan sus actos. Así como, la necesidad de responsabilizarse de ellos.

Si se sienten encuadrados (pero, no avasallados), aconsejados cuando lo piden (pero, no arbitrariamente dirigidos), los adolescentes se muestran deseosos de aprovechar la experiencia de los adultos.

P.J. Ruiz Lázaro
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3. Respeta sus opiniones

Es muy común que los adultos veamos a los adolescentes como unos seres ingenuos y arrogantes, que “se creen que lo saben todo» y que “no tienen ni idea de la vida». Hemos de advertirte que estás cometiendo un error si te enrocas en estos pensamientos: los adolescentes también desarrollan un espíritu crítico y forjan sus propias opiniones.

Es evidente que con el tiempo dichas opiniones pueden cambiar. ¿Hay alguien que no cambie de opinión a medida que va madurando? Estés o no de acuerdo con lo que opinen, es importante respetar sus puntos de vista. Averiguar si están en lo cierto o están equivocados formará parte de su aprendizaje independiente.

Dejar que tus hijos se expresen reforzará la confianza que ellos depositen en ti. Además, en esos momentos es muy probable que dejen entrever sus emociones. Tus hijos se acercarán a ti si les haces ver que tienes en cuenta lo que sienten y opinan.

4. Valora su privacidad

Los adolescentes son especialmente recelosos de sus espacios propios: habitación, diario, teléfono móvil, ordenador, círculo de amistades… Ellos podrían considerar una agresión a su intimidad cualquier intromisión en esos espacios, por muy buena que sea tu intención. Y este sentimiento construirá un muro entre tus hijos y tú.

Procura que tu hijo adolescente tenga su propio espacio y no lo invadas sin su permiso. Paralelamente, hazle saber que la confianza también se basa en compartir espacios. Ábrele algunos compartimentos de tu espacio personal e invítale a que haga lo mismo contigo.

5. Compartir tiempo juntos

Más allá de la mera convivencia, la existencia de espacios comunes ayuda a fortalecer los vínculos entre las personas. Para construir relaciones positivas trata de reservar tiempo para compartir alguna actividad con tu hijo adolescente. Puede tratarse de una actividad suya en la que te involucres, alguna actividad tuya de la que les hagas partícipe o alguna actividad familiar.

6. Empezar a tratarlo como un adulto

Nadie duda de que quieres a tus hijos adolescentes, pero, mucho más importante que eso es hacerles saber que los valoras y respetas. Reconoce que ellos aportan, que tienen un valor intrínseco como personas y que su participación en la vida familiar es importante.

Al tomar en serio su manera de pensar y contar con ellos para la toma de decisiones, estarás integrándolos en la vida adulta. Ese aprendizaje les servirá muchísimo cuando les toque tomar las riendas de su propia vida.

7. Ni dictador, ni amigo

Es muy importante que guíes permanentemente a tus hijos: es tu labor fundamental como progenitor. A veces lo harás con más laxitud y otras con más severidad, pero deberás hacerlo sin romper los límites.

Esto significa que tu rol es, simplemente, el de padre o madre. Nunca pierdas la cordialidad ni el respeto, pero tampoco la autoridad en su justa medida. Si te haces amigo de tu hijo le dejarás “huérfano». Y si eres demasiado autoritario, la brecha entre vosotros se hará más grande.

8. Evitar la sobreprotección

Hay un momento que será clave en tu vida como padre: asumir que tus hijos ya no son niños y que están preparados para abrirse gradualmente al mundo que les rodea. Las herramientas que les hayas dado serán las que utilizarán para desenvolverse en la vida, y si les proteges demasiado les estarás privando de dichas herramientas. Deja que tus hijos libren sus propias batallas.

Aunque ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos, como recomendamos anteriormente, es muy importante que aprendan a encajar los golpes de la vida por sí mismos. Sobreprotegerlos es muy tentador, pero solo es una ilusión de control sobre algo que será cada vez más difícil de controlar. Los adolescentes deben ir enfrentándose a los problemas cotidianos y afrontarlos cada vez con más autonomía.

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9. Las reglas y los valores

Inculcar una escala de valores a tus hijos también entra dentro de tus obligaciones como padre o madre. Si bien es una tarea que debe comenzar a edades más tempranas, es a esta edad cuando tu hijo tiene la capacidad de rebatir y cuestionar todo aquello que le hayas enseñado (u omitido).

Hay una cosa que está clara: nadie aprende sin ayuda las pautas básicas de respeto y convivencia. Incidimos en que se trata de un aprendizaje: no pretendas que tu hijo lo comprenda todo de la noche a la mañana. Se trata de perseverar, de hacerle ver que vive en un mundo con normas y reglas, que convive con más personas…

Por consiguiente, es tu responsabilidad ponerle límites, hacerle entender lo que puede y lo que no puede o debe hacer. Y no solo en el hogar, sino en el colegio, el instituto u otros círculos y ámbitos donde se mueva y se moverá en el futuro.

10. Amor y aceptación

Una regla básica para mejorar la relación con tu hijo adolescente es no pretender cambiarlo. No es fácil amar y aceptar a alguien tal y como es: de hecho, él se encontrará con una dificultad similar porque también tendrá que aprender a aceptarte tal y como eres.

Finalmente, te recomendamos encarecidamente que no pretendas que tu hijo sea lo que tú no pudiste ser. Proyectar tus deseos en tus hijos no les hará ningún bien. Deja que tome su propio camino, porque sus ilusiones y sueños puede que no tengan nada que ver con los tuyos. Y, desde luego, tu hijo adolescente no tiene la culpa de tus anhelos y frustraciones pasadas.

¿Tienes dudas sobre si deberías llevar a tu hijo adolescente al psicólogo? En este post trato de ayudarte a esclarecer si tu hijo adolescente necesita ir al psicólogo o no.

mejorar la relación con tu hijo adolescente

11. Referencias bibliográficas

  1. Frances, J. (2019). El cerebro adolescente. Barcelona: RBA Bolsillo.
  2. Hollmann, J., Gorges, J. y Wild, E. (2016). Motivational Antecedents and Consequences of the Mother–Adolescent Communication. Journal of Child and Family Studies, 25(3), 767-780.
  3. Simpson, E., Lincoln, C. y McCauley, C. (2020). Does Adolescent Anxiety Moderate the Relationship between Adolescent–Parent Communication and Adolescent Coping? Journal of Child and Family Studies, 29(1), 237-249.
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Iratxe López Fuentes

Soy Iratxe López, Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica. Además, cuento con la Habilitación Sanitaria, lo que me permite ejercer como Psicóloga Clínica y ver pacientes. He atendido pacientes con diferentes dificultades psicológicas y emocionales, como, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, duelos, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales... Por último, me gustaría destacar que tengo la gran suerte de ser la directora del Centro Iratxe López Psicología.

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