Actualizado el 08/05/2023 por Dra. Iratxe López. Psicóloga Clínica
El duelo es una respuesta natural a la pérdida. Es el sufrimiento emocional que sientes cuando te quitan algo o alguien que amas. Si, también puede ser algo, no solo tienen por qué ser personas, por ejemplo, dejar de fumar supone un duelo. A menudo, el dolor de la pérdida puede ser abrumador. Una persona que está transitando un duelo puede experimentar todo tipo de emociones, desde la ira hasta la incredulidad, culpa y tristeza profunda. En este post comparto contigo 3 ejercicios para trabajar el duelo.
¿Quieres saber más sobre el duelo? En este post hablo en profundidad sobre sus fases, etapas y tiempos.
Estas son reacciones normales a la pérdida, y cuanto más significativa sea la pérdida, más intensa será la tristeza.
Como te decía antes, puede que asocies el duelo con la muerte de un ser querido, pero, cualquier pérdida puede causar dolor. Esto incluye, entre otras, las siguientes situaciones:
- Divorcio o romper con una pareja
- Perder un trabajo
- Perder la estabilidad financiera
- Un aborto involuntario o la imposibilidad de ser madre
- Jubilación
- Muerte de una mascota
- La pérdida de un sueño que ya no podrás realizar
- Enfermedad grave de un ser querido
- Pérdida de una amistad
Incluso las pérdidas sutiles en la vida pueden provocar una sensación de dolor. Por ejemplo, puedes llorar después de mudarte de casa, terminar la universidad o cambiar de trabajo. Cada persona lleva la pérdida a su manera, es algo muy personal, así que no te avergüences de cómo te sientes, ni creas que de solo hay una única manera adecuada de llevar a cabo el duelo. Sea cual sea la causa de tu dolor, quiero que sepas que existen formas saludables de lidiar con el dolor que supone la pérdida. A continuación, comparto contigo 3 ejercicios para trabajar el duelo que espero que te ayuden en este proceso.
Hacer frente a la pérdida de alguien o algo que amas es uno de los mayores desafíos de la vida.
Si quieres leer más a cerca del duelo, te dejo este otro artículo que escribí hace un tiempo: Cómo afrontar la pérdida de un ser querido o el duelo. En él hablo sobre los propósitos del duelo, poner fin a la negación y encontrar aceptación, estrategias para afrontar la pérdida de un ser querido o el duelo y la diferencia entre un duelo normal y uno complicado.
Crea una caja de la memoria
El objetivo de este ejercicio es que hagas una caja en la que guardarás cosas especiales que te recuerden a la persona que murió y la relación que tuviste con ella. Para ello, necesitarás: una caja de cartón a la que le puedas quitar la tapa, papeles de colores, pintura, barra de pegamento o celo, rotuladores de colores, tijeras, revistas, decoraciones varias que puedas pegar (como, por ejemplo, botones, pegatinas, etc.) y una foto de la persona que ha fallecido.
Para empezar, dedica un tiempo a decorar la caja, puedes pintarla y pegarle papeles de distintos colores. Va a ser una caja muy especial, así que dedica tiempo a esta parte. También puedes decorarla pintándola con rotuladores y decoraciones distintas.
Una vez que tengas la caja lista, recorta imágenes y palabras de las revistas. Las fotos y palabras que elijas deben tener algún significado para ti con respecto a tu relación con la persona que murió. Finalmente, pega una foto de esa persona que murió dentro de la caja. Ahora, te toca llenar la caja con objetos que te vinculen a esa persona. Por el momento, guarda la caja todo el tiempo que necesites. Cuando estés listo, puedes quemarla, dejarla en algún sitio que sea significativo para ti, etc.
La carta continua
Te propongo un clásico, escribir una carta. Este ejercicio lo he sacado de un magnifico libro al que recurre mucho para preparar mis sesiones: 200 tareas en terapia breve de Mark Beyebach y Marga Herrero de Vega.
Escribe una carta de despedida a la persona fallecida. En ella es importante que plasmes todos los sentimientos, tanto positivos como negativos hacia esa persona. Escribe todos los días o al menos tres veces por semana durante cuarenta y cinco minutos o una hora. Cada vez que comiences a redactar tu carta, relee lo que escribiste los días anteriores y luego continúa escribiendo la carta. Si en un momento dado no sabes qué escribir, permanece sentado hasta que agotes el tiempo, ya sean cuarenta y cinco minutos o una hora. Es muy importante que expreses lo que quiere decirle a esa persona, incluidas tus posibles ambivalencias. Recuerda que es posible querer y odiar a alguien al mismo tiempo. Las personas no somos tan coherentes como nos gusta creer. Te recomiendo que escribas la carta siempre en el mismo lugar y a la misma hora. Es importante que determines siempre la misma hora para evitar que sólo escribas cuando lo sientes. Es importante que también escribas cuando no lo sientes, puesto que, esto permitirá que emerjan sentimientos negativos que tal vez no apareciesen de otra manera. Los contenidos de la carta no tienen por qué ser nuevos. Es decir, puedes escribir o hablar sobre lo mismo todas veces que necesites. Sabemos que hay ciertos mensajes necesitamos repetirlos varias veces.
Arreglando un corazón roto
Compra una maceta o un recipiente de cerámica o de un material similar, como la arcilla. Esta actividad puedes hacerla solo o acompañado de otras personas que también tuvieran un vínculo con la persona fallecida. Incluso, puedes hacerla con niños.
Rompe con cuidado el recipiente que hayas comprado. Con rotuladores permanentes escribe por dentro del recipiente cómo te sientes respecto a la perdida. Identifica tus sentimientos y plásmalos. Por fuera del recipiente escribe tus fuentes de apoyo y recursos para transitar por el duelo. Aquí, entra cualquier cosa que creas que te ayuda, pueden ser tanto recursos personales que tu tengas (capacidad de pedir ayuda, expresar emociones, autocuidado…), como recursos externos a tu (una familia que te ayuda). Si lo prefieres, puedes dibujar en el recipiente en lugar de escribir.
Una vez que hayas escrito o dibujado, pega de nuevo el recipiente. Se trata de que con mimo, delicadeza y tiempo arregles el recipiente. Este proceso incorpora la metáfora de que cuando ocurre una pérdida significativa, se rompe el corazón. Y lleva su tiempo sanarlo de nuevo.
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En algunas ocasiones no podemos adaptarnos después de esa pérdida, podemos tener un dolor patológico o traumático persistente. En estos casos, será necesaria la ayuda de un psicólogo. Los duelos pueden resultar más complicados por muchos motivos, circunstancias en las que esa persona falleció, la relación que teníamos con esa persona, duelos anteriores no resueltos…
Si te ha gustado este post en el que he hablado sobre 3 ejercicios para trabajar el duelo, quiero recomendarte otros dos que quizás te gusten: 3 técnicas de relajación y Beneficios psicológicos de la actividad física.
Este artículo es muy interesante. Mi hijo está pasando un duelo, su novia ha fallecido y, ahora, tiene miedo y sufre. Yo como madre busco y leo estos consejos sobre cómo afrontar el duelo de mi nuera.
Me alegro de que el artículo te haya resultado de utilidad!
Me encantó. Muchas Felicitaciones
Gracias!
Dra. Iratxe, las técnicas presentadas me han parecido excelentes, gracias por compartir.
Gracias por tu comentario!
Hace dos meses mi hijo falleció y ha sido muy dura su partida, hemos hechos dos de los ejercicios y nos han ayudado a expresar toda esta cascada de emociones, cada quien vive los duelos de diferente manera, nunca se olvida sólo se aprende a vivir con la ausencia,Gracias.
Lamento mucho tu pérdida Silvia. Me alegro de que os hayan ayudado a expresaros. Un abrazo grande!
Me parece muy interesante el artículo, ¿algún libro que recomiendes para trabajar en terapia con adolescentes¿
Hola Carla! Me alegro de que te haya gustado. Sin duda alguna te recomiendo este: Manual de terapia gestáltica aplicada a los adolescentes de Loretta Cornejo. Tiene muchos ejercicios y te da una visión de la adolescencia muy interesante.