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Personas trans y trastornos alimentarios con bandera LGTBIQ+

Como sociedad, nos vamos dando cuenta paulatinamente de que los trastornos alimenticios (como la anorexia nerviosa, bulimia…) no discriminan. Cualquier persona puede padecer un trastorno de alimentación independientemente de su identidad de género, orientación sexual, nivel económico, etc. Además, sabemos que ciertas poblaciones pueden ser particularmente propensas a desarrollarlos como, por ejemplo, las personas trans. Este colectivo se enfrenta a retos únicos en el diagnóstico y el tratamiento derivados de la opresión que sufren y la disforia de género, entre otros. ¡Sigue leyendo si quieres conocer más acerca de las personas transgénero y trastornos alimentarios.

personas transgénero y trastornos alimentarios

Prevalencia de trastornos alimenticios en personas transgénero

La mayor parte de las investigaciones sobre trastornos de alimentación se han centrado tradicionalmente en mujeres cisgénero (cuyo sexo asignado al nacer coincide con su identidad de género), por lo que hay poca investigación en poblaciones transgénero. Particularmente, las personas transgénero representan un conjunto poco estudiado y poco reconocido que experimenta trastornos alimenticios en tasas muy altas, tal y como veremos más adelante. La falta de estudios hace que haya inconsistencias en la literatura y que los resultados de los estudios que disponemos hasta la fecha muestren resultados muy variados en cuanto a la prevalencia de los trastornos de alimentación en población trans.

En general, la investigación sugiere que las personas transgénero tienen más probabilidades que las personas cisgénero de haber sido diagnosticadas con un trastorno alimentario.

Uno de los estudios más importantes que aborda los TCA (trastornos de la conducta alimentaria) en personas transgénero fue el publicado en la revista Journal of Adolescent Health en el año 2015. En este estudio participaron 289.024 estudiantes de diferentes universidades de Estados Unidos. Los investigadores encontraron que el 15% de las personas transgénero que participaron en la investigación informaron de un diagnóstico de trastorno alimentario en el último año, en comparación con el 3,52% de las mujeres cisgénero de minorías sexuales que afirmaron tener un diagnóstico de este tipo. Los estudiantes transgénero que participaron en la encuesta también informaron de tasas mucho más altas de comportamientos compensatorios (como el uso de ejercicio, laxantes, diuréticos, enemas…) que los participantes cisgénero.

Generalmente tendemos a creer que las mujeres cisgénero heterosexuales son las que más padecen trastornos alimenticios, sin embargo, tal y como demuestra la investigación, se trata de un mito.

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¿Qué es la disforia de género?

La disforia de género es una condición clínica en la que aparece un estado de sufrimiento interno, estrés y ansiedad que ocurre cuando el sexo biológico y la identidad de género de una persona no coinciden. Los roles de género que nos indican de que forma deben verse y actuar las mujeres y los hombres en nuestra sociedad son una razón esencial por la que las personas transgénero experimentan esta disforia. Por ejemplo, algunas personas transgénero tienen disforia sobre el pecho pues un pecho grande se asocia de forma tradicional con la feminidad. Como consecuencia de la disforia de género, las personas que se identifican a sí mismas como transgénero son más vulnerables de padecer insatisfacción con sus cuerpos.

Llegados a este punto es importante señalar que no todas y cada una de las personas trans experimentan disforia de género. Además, las investigaciones señalan que la disforia de género puede ocurrir únicamente con partes concretas del cuerpo.

Personas transgénero y trastornos alimentarios: ¿qué factor juega la disforia de género?

La disforia de género y la insatisfacción corporal son una de las causas que más se citan a la hora de explicar los trastornos de alimentación en personas transgénero. Se cree que las personas transgénero pueden procurar eliminar las peculiaridades de su género asignado. O bien pueden procurar acentuar las peculiaridades del género con el que se identifican. Por ejemplo, una persona que haya nacido con sexo biológico de mujer, pero que se identifique como hombre, al llegar la adolescencia puede querer que sus pechos no se desarrollen para encajar en los estándares de los hombres (que no suelen tener pechos pronunciados). O podría suprimir la regla al limitar la ingesta calorífica.

Entender el vínculo entre la disforia de género y los trastornos alimenticios es sencillo si tenemos en cuenta que los ideales culturales de género y belleza son inaccesibles para la mayor parte de nosotros en la sociedad. Y esta inaccesibilidad aparece todavía más marcada en las personas transgénero. Esta necesidad de alinear las características corporales con la identidad de género puede poner a las personas con disforia de género en un peligro significativamente mayor de desarrollar trastornos de alimentación. Esto explicaría los resultados encontrados en las investigaciones, en las que las personas trans presentan más trastornos de alimentación.

No obstante, es importante no perder de vista que mientras algunas personas transgénero con trastornos alimenticios pueden procurar cambiar sus cuerpos para amoldarse a su identidad de género, otras pueden sentir que su trastorno de alimentación no está relacionado con su cuerpo y con querer encajar en determinados estereotipos de género. En cualquier caso, no es aconsejable generalizar, ya que, los trastornos alimentarios son complejos y se deben a diversas causas y factores.

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Otras causas más allá de la disforia de género

Como decíamos antes, los trastornos alimentarios son enfermedades complejas que a menudo no tienen una sola causa. Por lo tanto, centrarnos únicamente en la disforia de género como causa para explicar los trastornos de alimentación en las personas trans, sería caer en el simplismo. No debemos olvidar que las personas transgénero se enfrentan a distintos desafíos que pueden aumentar su riesgo de desarrollar trastornos de alimentación. Por ejemplo, los trastornos de alimentación en este colectivo pueden actuar como medio para conseguir el control cuando sus vidas están fuera de control. También pueden usar la comida como un medio para hacer frente de los sentimientos negativos, que son más frecuentes en personas que padecen de disforia no tratada. En este caso estaríamos hablando de hambre emocional. Por último, puede ser una estrategia para afrontar el estrés o el trauma de la discriminación o la violencia que han experimentado debido a que son personas trans.

Si te ha gustado este artículo en el que hemos hablado sobre personas transgénero y trastornos alimentarios, te sugiero que eches un vistazo a este otro post en el que hablo doy información importante para padres y madres de adolescentes LGBTQ.

Referencias bibliográficas

Diemer, E.W., Grant, J.D., Munn-Chernoff, M.A., et al. (2015). Gender identity, sexual orientation, and eating-related pathology in a national sample of college students. Journal of Adolescents Health; 57:144–149. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4545276/

Watson, R.J., Veale, J.F. y Saewyc, E.M. (2017). Disordered eating behaviors among transgender youth: Probability profiles from risk and protective factors. International Journal of Eating Disorders; 50:515–522. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5754211/

Guss, C.E., Williams, D.N., Reisner, S.L., et al. (2016). Disordered weight management behaviors and non-prescription steroid use in Massachusetts transgender youth. Journal of Adolescents Health; 58:S102–S103. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8091135/

Iratxe López Fuentes

Iratxe López Fuentes

Soy Iratxe López, Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica. Además, cuento con la Habilitación Sanitaria, lo que me permite ejercer como Psicóloga Clínica y ver pacientes. He atendido pacientes con diferentes dificultades psicológicas y emocionales, como, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, duelos, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales... Por último, me gustaría destacar que tengo la gran suerte de ser la directora del Centro Iratxe López Psicología.

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