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Todo sobre el duelo: Fases, tipos y tiempos

mujer pasando un duelo

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos de pasar por el duelo, ya que las pérdidas son algo normal e inevitable en nuestra existencia. Por lo tanto, conocer a qué nos vamos a enfrentar puede ser de gran ayuda para sobrellevar mejor la gran oleada de emociones asociadas a este proceso vital.

1. ¿Qué es el duelo?

El duelo es el proceso psicológico por el que pasamos después de una pérdida. Tarde o temprano, todos lo vamos a vivir.

La pérdida de cualquier figura de apego da lugar a un duelo, aunque la intensidad y la duración pueden variar mucho entre un duelo y otro. La forma en la que se experimenta este proceso depende en gran medida del tipo de vínculo emocional, de la historia en común, la naturaleza de la pérdida y la personalidad y las experiencias previas de quien sufre la pérdida.

Cuando hablamos de duelo, lo primero en lo que pensamos es en la muerte; sin embargo, cualquier pérdida puede generar un duelo, desde la ruptura con una pareja o una amistad, hasta una mudanza, un cambio laboral o una enfermedad que derive en una disminución de algunas funciones.

2. ¿Cuáles son las 7 etapas de duelo?

Los expertos han identificado hasta siete estadios que tienen lugar cuando experimentamos una pérdida. No necesariamente se pasan por todas las etapas, ni en orden sucesivo y lineal. Cada persona vive las fases del duelo de forma única. Incluso es posible que una misma persona no experimente dos duelos de la misma manera.

2.1. Negación

Ocurre cuando se produce un shock inicial y la persona no puede aceptar esta nueva realidad de inmediato. La mente activa un mecanismo de defensa ante el dolor llamado negación, que le permite seguir siendo funcional en el día a día, a la vez que se asume la noticia poco a poco. Esta fase es necesaria, y mientras la persona no puede asumir la pérdida, está en fase de negación.

2.2. Confusión

En esa fase se produce una intensa confusión emocional al experimentarse una gran cantidad de emociones. En ocasiones, la persona puede sentirse en una especie de burbuja de irrealidad, incapaz de realizar las tareas cotidianas más básicas.

2.3. Ira y rabia

En ocasiones, la persona sale de la negación o de la confusión con una intensa sensación de rabia. La pérdida, especialmente cuando es una muerte, por su propia naturaleza irreversible, suele activar la rabia. A veces, se intenta atribuir la responsabilidad de la pérdida a alguien, a terceros o a uno mismo.

2.4. Culpa

Aunque pérdidas como las de la muerte no se pueden evitar, la culpa siempre está presente en las fases del duelo. La persona afectada suele darle muchas vueltas a cosas que podía haber hecho o dicho, o lamentándose de situaciones del pasado que desearía cambiar. Esta etapa puede producir un gran desgaste emocional.

2.5. Tristeza

La pena por la ausencia se hace presente cuando al fin se conecta con lo que implica tener que vivir sin ese ser querido. Se manifiesta de distintas maneras: nostalgia, llanto, desesperanza, pérdida de interés por el entorno, aislamiento social, etc. Es una etapa que hay que transitar necesariamente para elaborar el duelo, por muy dura que sea.

2.6. Aceptación

En esta etapa, se comienza a aceptar una nueva realidad sin el ser querido. Se asume que la ausencia es definitiva y la herida comienza a cicatrizar poco a poco. El dolor sigue presente en muchos momentos, pero, la comprensión racional y emocional de que la pérdida es inherente a la vida aporta cierta sensación de alivio. A partir de aquí se puede pensar en el ausente de forma más calmada.

2.7. Restablecimiento

La última etapa de un duelo ocurre cuando la persona se plantea los cambios que debe realizar para llenar el vacío y volver a experimentar momentos felices.

Infografía las 7 etapas de duelo
Infografía las 7 etapas de duelo

3. ¿Cuánto tiempo dura el proceso de duelo?

La duración puede ser muy variable, aunque el plazo medio para la elaboración de un duelo saludable es de aproximadamente un año.

Transcurrido ese tiempo, el doliente debe haber resuelto los cambios asociados a la pérdida, aunque es normal seguir experimentado cierta intensidad emocional con respecto al ser querido ausente durante muchos años después.

No debemos olvidar que el duelo es un proceso adaptativo en el que la persona que lo vive activa una serie de recursos emocionales para poder adaptarse a una nueva situación vital. Se trata de un proceso muy intenso que involucra distintas facetas: emocional, conductual, cognitiva, identidad y valores. El duelo supone también la pérdida y el posterior reencuentro de uno mismo. Es una crisis vital en la que las bases de nuestra identidad y nuestra existencia se desmoronan y debemos aprender a vivir en el presente y a mirar hacia el futuro, aceptando con serenidad el pasado. Se trata de una experiencia compleja, que puede ser devastadora, pero también muy enriquecedora y fuente de madurez y enriquecimiento.

La forma en la que se vive y se supera, como decíamos, depende de lo que la persona es en el momento de la pérdida, de sus herramientas internas, su gestión emocional, sus experiencias vitales previas, sus creencias y valores, etc.

4. ¿Qué es el duelo patológico o no resuelto?

Se considera que un duelo no está resuelto o es patológico cuando sus síntomas se prologan transcurrido un año desde la pérdida.

Ocurre en las personas que no son capaces de integrar y aceptar la pérdida en su vida. El duelo patológico puede fijar a una persona en una o varias de las etapas del proceso, sin poder avanzar a la siguiente. Las emociones que se experimentan son más intensas que en un duelo normal y también es frecuente la somatización, con distintos malestares físicos. El duelo no resuelto o duelo complicado, puede provocar anestesia emocional, negación, hipersensibilidad, desesperanza, depresión, aislamiento social y en los casos más graves, puede desembocar en trastornos como adiciones, trastornos de la conducta alimentaria o depresión mayor.

5. ¿Qué es el duelo enmascarado?

El duelo enmascarado es un tipo de duelo patológico en que el doliente experimenta síntomas o conductas que le provocan dificultades en el día a día, pero sin llegar a asociarlo con la pérdida.

Por ejemplo, puede sufrir problemas como ansiedad, hiperactividad y/o depresión aparentemente inexplicable, sin que la persona lo vincule con el proceso de duelo. También son frecuentes las somatizaciones como dolores musculares, cefaleas o problemas digestivos, e incluso síntomas físicos parecidos a los de la persona fallecida tras una enfermedad.

En algunos casos está asociado con el duelo inhibido o pospuesto, que tiene lugar cuando una persona se centra en recuperarse lo antes posible para recuperar su vida normal, y no se da tiempo para asimilar, de forma profunda, la pérdida. Cuando transcurre el tiempo y cree que lo ha superado, una nueva experiencia o una situación estresante, le conecta con el dolor que ha estado disociando. A partir de entonces, pueden aparecer toda una serie de síntomas, que resultan desproporcionados en el momento presente, y que realmente se enmarcan en el contexto del duelo que ha quedado pendiente.

¿Sabes lo que es el duelo por el duelo? Te dejo aquí un vídeo corto en el que hablo sobre el duelo por el duelo.

Comparto contigo 3 ejercicios que pueden ayudarte a trabajar el duelo.

6. ¿Qué hacer para superar el duelo?

Para resolver un duelo de forma adecuada, es importante que la persona que lo experimente no se desvincule de su dolor, y que forme parte activa del proceso. Aunque las emociones asociadas a esta experiencia son incontrolables, y de hecho hay que dejarlas fluir, también podemos tomar cierta responsabilidad a lo largo del duelo. El tiempo, en este caso, no lo cura todo. Sí, permite ver las cosas con más perspectiva y tranquilidad, pero la actitud ante el duelo es lo que realmente va a permitirnos transitar esta crisis de forma sana y evitar que el plazo de sanación se prolongue en exceso.

La persona en duelo puede tomar decisiones sobre la forma en la que desea vivir su proceso. Puede escoger si refugiarse en sus seres queridos o pasar el proceso en la intimidad; elegir qué hacer con las pertenencias del ausente, o cómo homenajearle para despedirse. Puede decidir cómo llegar el vacío, permitirse llorar y sentir el dolor, o pedir ayuda o no. En definitiva, es un trabajo interno que exige introspección y autorreflexión.

Necesitamos tiempo para superar el dolor de la pérdida. Tenemos que ponernos manos a la obra, realmente llegar a conocerlo, para poder aprender.

Elisabeth Kübler-Ross
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7. ¿Cuándo debo pedir ayuda profesional?

El duelo no se debe patologizar, ya que es parte intrínseca de la vida humana. Pero, a veces se puede complicar incluso en personas que previamente han elaborado duelos sanos. Cuando una persona queda atrapada en el dolor intenso y no puede seguir a delante, se puede considerar pedir ayuda profesional. Estos son algunos de los síntomas que indican que estamos ante un duelo patológico:

  • Cuadros depresivos o depresión crónica.
  • Huida de las emociones del duelo mediante el uso de sustancias.
  • Reaparición de síntomas de un duelo no resuelto.
  • Ideaciones suicidas o fantasías de muerte para reunirse con el ser querido.

8. ¿En qué consiste la terapia de duelo?

En la terapia de duelo, el psicólogo se convierte en un acompañante que guía al paciente a lo largo de su proceso. No hay soluciones ni herramientas que permitan superar rápidamente la pérdida, sino que es un trabajo que debe transcurrir en el tiempo necesario. El paciente en duelo tiene que elaborar cuatro tareas fundamentales para poder concluir su proceso: aceptar la pérdida, elaborar todas las emociones del duelo, aprender a vivir el día a día sin la persona ausente y poder recordar desde el amor y la serenidad.

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9. Referencias bibliográficas

  1. American Psychiatric Association. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  2. Bonanno, G. y Kaltman, S. (2001). The varieties of grief experience. Psychology Review, 21(5), 705-734.
  3. Millán-González, R. y Solano-Medina, N. (2010). Duelo, duelo patológico y terapia interpersonal, Revista Colombiana de Psiquiatría, 39(2), 375-388.
Iratxe López Fuentes

Iratxe López Fuentes

Soy Iratxe López, Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica. Además, cuento con la Habilitación Sanitaria, lo que me permite ejercer como Psicóloga Clínica y ver pacientes. He atendido pacientes con diferentes dificultades psicológicas y emocionales, como, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, duelos, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales... Por último, me gustaría destacar que tengo la gran suerte de ser la directora del Centro Iratxe López Psicología.

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