Actualizado el 22/02/2023 por Dra. Iratxe López. Psicóloga Clínica
La influencia de la tecnología y la globalización en la forma de relacionarnos ha hecho que ligar o encontrar pareja sea más fácil que nunca, pero también permite a las personas desaparecer totalmente de la vida de los demás. Cuando se finaliza una relación de forma abrupta y sin explicación alguna, estamos ante una situación de ghosting, cuyas consecuencias pueden ser muy nocivas para la persona que lo haya sufrido.
¿Qué es el ghosting?
Las redes sociales y las aplicaciones de citas por Internet han proliferado hasta tal punto que muchísimas personas ya no emplean los métodos tradicionales para conocer gente, ya sea de cara a encontrar pareja, forjar una amistad especial o, simplemente, divertirse. A base de matches, likes y mensajes privados, las personas se interconectan y pueden establecer lazos con gran rapidez.
El significado de ghosting («esfumarse») nos muestra un escenario en el que una relación se rompe sin previo aviso. Con la misma facilidad con la que dos personas intercambian sus números de teléfono o sus perfiles sociales, una de ellas puede dejar de contestar y bloquear a la otra en dichas aplicaciones para, literalmente, desaparecer completamente de su vida.
Porque, en realidad, ¿qué es ghosting? Aunque sea un concepto acuñado en la era digital, tiene sus raíces en la volatilidad de las relaciones humanas, el cortoplacismo, la inmadurez emocional y el ejercicio del control. El anonimato de Internet, además, propicia unas conductas que normalmente se inhiben o atenúan en un cara a cara.
El resultado es la incapacidad de comunicar una ruptura o una falta de interés, de modo que la persona que decide cortar la relación prefiere esfumarse sin tener en cuenta el daño que pueda causar a la otra persona: ya no contesta al teléfono, ya no está en sus redes sociales, el WhatsApp está bloqueado…
Aunque el ghosting siempre traiga consigo un componente sorpresivo, también puede ser la consecuencia lógica de una relación que no marcha bien y ser el colofón de un enfriamiento o de algún suceso que precipite la ruptura. Sea como fuere, una de las dos personas se convierte, para la otra, en un «fantasma» de la noche a la mañana.
¿Qué consecuencias puede ocasionar el ghosting en la otra persona?
Un colectivo especialmente vulnerable (y propenso también a obrar así) es el de los adolescentes y jóvenes. Imbuidos por la cultura de la inmediatez, la ausencia de empatía, la cosificación de las personas y la incapacidad de gestionar las emociones propias, las repercusiones del ghosting variarán en función del vínculo que se haya establecido entre las dos partes.
Obviamente, en una relación más superficial o intermitente quizá no se hayan desarrollado unos lazos lo bastante fuertes entre ambos como para constituir un acontecimiento traumático o dañino.
El problema viene si, fruto de la relación, han aflorado unos sentimientos que pierden su correspondencia de forma abrupta. La víctima del abandono fortuito puede sufrir pérdida de autoestima y ver alterado el concepto de sí misma, hasta incluso sentirse culpable sin saber muy bien por qué.
Además, con casi total seguridad será víctima de la incertidumbre propia de ver cómo, de la noche a la mañana, esa persona a la que quería ha desaparecido de su vida por completo, sin dejar posibilidad alguna de volver a contactar con ella.
Es incluso lógico pensar que una víctima de ghosting experimentará serias dificultades para relacionarse en el futuro: le va a costar mucho volver a depositar su confianza en alguien, y tenderá a encerrarse en sí misma, lo cual incluso podría reforzar una tendencia depresiva en su carácter.
¿Has oído hablar de otro término que es el gaslighting? Aprende sobre esta forma de abuso psicológico que muchas veces puede pasarnos desapercibida.
Cómo afrontar la situación si sufres ghosting
No juzgarse a uno mismo
El primer pensamiento que aflora en la mente de quien ha sido abandonado es «¿por qué?«. La imposibilidad de pedir explicaciones a la otra parte, además, retroalimenta una pregunta que quizá nunca tenga respuesta. Por lo tanto, dado que quien lo ha hecho mal es la otra persona, debe desaparecer todo sentimiento propio de culpa.
Dejar marchar a quien se quiere ir
Cuando una persona no quiere estar en nuestra vida, lo mejor que podemos hacer es dejarla marchar. Como se suele decir popularmente, a enemigo que huye, puente de plata. Es necesario combatir el apego emocional que se puede desarrollar hacia la persona que se ha marchado porque, si realmente mereciera dicho apego, no se habría ido de esa forma.
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Exteriorizar los sentimientos
El torrente de emociones que se viven durante una relación sentimental comprende tanto sentimientos positivos, como negativos. Poder verbalizarlos y expresarlos a una persona de confianza (o ponerlos por escrito) es algo que ayudará a la víctima de ghosting a comprender mejor lo que está desencadenándose en su interior.
Lamentablemente, el ghosting es una práctica cada vez más común entre los colectivos más jóvenes, que son precisamente quienes menos herramientas tienen para gestionar sus emociones o enfrentarse a situaciones potencialmente desagradables. Un terapeuta profesional puede ser un gran aliado para escucharlos y orientar a quien lo sufre en el procesamiento de sus propias emociones.