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saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar

¿Cuáles son los indicadores de que tu hijo sufre bullying? ¿Cuándo las burlas se convierten en una pesadilla? ¿Cuándo estamos hablando de acoso entre iguales y cuando de agresiones puntuales? En definitiva… Cómo saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar y cómo puedes actuar. 
Aunque sea muy evidente que para un niño ser intimidado o acosado por otro niño es algo grave y doloroso, en muchas ocasiones los adultos tendemos a restarle importancia con expresiones como: “son cosas de niños”. El acoso escolar no solo causa sufrimiento, sino que se ha relacionado con problemas emocionales a largo plazo, y los niños que carecen de un fuerte apoyo parental parece que sufren durante más tiempo.
Según el Informe Maltrato entre iguales del 2016 elaborado por el Departamento de Educación del País Vasco, el índice general de maltrato (IMG) que se elabora a partir de 18 conductas de maltrato en 4º, 5º y 6º curso de Educación Primaria y 19 conductas de maltrato entre iguales en 1º, 2º, 3º y 4º curso de ESO y que toman en consideración aquellas conductas que se producen de manera reiterada, el IGM en Educación Primaria es del 22,7% y en ESO es del 19,2%. Estos datos, son alarmantes y preocupantes, por ello, es necesario que los padres y madres tengáis conocimiento sobre cómo saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar.

Cómo saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar y cómo proceder

saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar

¿Qué es el acoso escolar o bullying?

Lo primero es tener claro de qué hablamos cuando usamos la palabra bullying, ya que existe mucha confusión. En muchas ocasiones he oído denominarlo acoso escolar, cuando se trataba de agresiones puntuales. Según el Protocolo de Actuación ante Situaciones de Acoso Escolar para hablar de acoso entre iguales tiene que haber:

  • Un comportamiento intencional que pretenda provocar daño en la víctima. Este comportamiento puede tomar la forma de un ataque físico o verbal, amenazas, difundir rumores o excluir a alguien de un grupo a propósito.
  • La víctima no es capaz de defenderse por sí misma
  • Tiene que haber una repetición de la agresión, es decir, se trata de un patrón continuo de acciones hostiles o abusivas dirigidas al niño que es el objetivo.

Además, otro aspecto a tener en cuenta es que suele haber una diferencia de poder, esto es, el acoso es realizado por alguien en una posición de poder, puede ser en forma de fuerza física o popularidad, y está dirigido a alguien que se percibe como menos poderoso.
Si tu hijo te informa de que ha sufrido cualquier tipo de agresión, mi consejo es que te lo tomes muy en serio. Lo primero es obtener una imagen lo más detallada posible de lo que ha sucedido: ¿Quién estaba allí? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué te dijeron? ¿Qué hiciste? ¿Cómo te sentiste?
También puede suceder que tu hijo no te cuente a cerca del acoso que está sufriendo, ya que, la víctima en algunos casos puede llegar a sentirse culpable de la situación que sufre y llega a sentir incluso vergüenza, motivo por el cual, no cuenta la situación que está viviendo.
En muchas ocasiones he preguntado a niños: ¿Por qué no le contaste a un adulto de confianza lo que te estaban haciendo?
La mayoría de las respuestas suelen sonar parecidas a estas:

  • Se lo conté a mi madre, pero ella no me creyó.
  • Intenté contárselo a alguien, pero me daba demasiada vergüenza.
  • Pensé en contárselo a mi padre, pero eso hubiese sido peor porque hubiese ido a gritar al matón.
  • ¿Para qué iba a molestarme en contárselo a alguien? Lo que me hubiesen dicho no habría funcionado.

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Indicadores para saber si tu hijo está sufriendo acoso escolar

Obviamente, no todos los niños son víctimas de acoso escolar, y el hecho de que tu hijo cumpla con algunos de los indicadores que menciono a continuación, no significa necesariamente que sufra bullying, puede haber alguna otra situación que esté explicando cambios en el comportamiento de tu hijo. Las señales de acoso pueden ser especialmente difíciles de identificar, pero aquí incluyo algunos indicadores que pueden darte alguna pista:

  1. Dolores y más dolores. El que un niño no quiera despertarse para ir al colegio o para subirse al autobús, podría indicar que algo anda mal. Es importante que pretes atención a las excusas recurrentes para quedarse en casa, como dolores o las llamadas frecuentes de la enfermera del colegio que solicitan que vayas a recoger a tu hijo porque se encuentra mal. Los dolores de cabeza y el dolor de estómago son manifestaciones físicas comunes del estrés y la ansiedad asociados al acoso escolar. Aunque puedas ver estos dolores falsos como una excusa para salir del colegio, habla sobre ello con tu hijo, podría ser una señal de acoso. Además, es importante tener en cuenta que los lunes o el primer día de colegio después de un puente o de las vacaciones, son especialmente difíciles. Los niños, generalmente, se sienten seguros en casa y la idea de volver a la escuela les resulta muy difícil. Si un niño se queja de estos síntomas regularmente o si los dolores de cabeza y de estómago no desaparecen, es importante analizar más a fondo lo que está sucediendo.
  2. Descenso en el rendimiento académico. Todos queremos que nuestro hijo sobresalga académicamente y, naturalmente, los niños quieren tener éxito, pero las calificaciones a menudo pueden verse afectadas cuando un niño está sufriendo acoso escolar. Los altos niveles de ansiedad pueden interferir en la capacidad de los niños para concentrarse y prestar atención en el aula. La depresión, la ansiedad y los problemas para dormir pueden crear problemas a la hora de hacer los deberes también.
  3. Dejar de lado los deportes y actividades extraescolares. Los deportes y las actividades después de la escuela son interacciones sociales en las que podría ocurrir el acoso. Si tu hijo ha sido un apasionado de un determinado deporte o actividad extraescolar y comienza a decir que no es lo suficientemente bueno para jugar o simplemente que ya no quiere continuar en esa actividad, es importante que indagues lo que ha ocurrido. Además, será necesario tomar nota de si tu hijo que antes era más activo, ahora está pasando más tiempo en el ordenador, jugando a videojuegos o enviando mensajes de texto a sus amigos en lugar de interactuar en persona.
  4. Un cambio en los hábitos alimenticios. El momento del comedor es bastante propenso para que haya conductas de acoso, ya que en muchas ocasiones la vigilancia por parte de monitores es más escasa que durante las horas lectivas. Cuando los niños llegan a casa después de la escuela, los progenitores no debéis preguntar solo sobre su día, sino con quién comen y qué comen. Un cambio en los hábitos alimentarios podría ser una gran señal de advertencia de acoso escolar. Puede que si el acoso se da en las horas del comedor, pierdan el apetito y por lo tanto, no coman. No comer también podría llevar a la pérdida de peso, mareos, dolores de cabeza y atracones en el hogar. Es importante estar atentos a estas señales.
  5. Golpes o heridas difíciles de explicar. Los golpes y hematomas son lesiones comunes en el patio de recreo entre los niños de primaria, pero si los niños no recuerdan cómo se lesionaron, cambian sus historias sobre la lesión o si la historia no coincide con la lesión, esta podría ser una señal de que están siendo agredidos físicamente. 
  6. Dificultad para dormir. Si un niño está nervioso o ansioso por lo que sucederá al día siguiente en el colegio o en otro lugar, podría tener problemas para conciliar el sueño, dar vueltas durante la noche y despertarse varias veces a lo largo de la noche. Las pesadillas y tener dificultades para levantarse por la mañana también pueden ser señales de advertencia de que tu hijo está siendo acosado en el colegio.

¿Para qué sirve el Protocolo de Actuación ante Situaciones de Acoso Escolar?

El Protocolo de Actuación tiene por objeto que el profesorado de un centro educativo y el resto de la comunidad educativa sepan cómo actuar en los posibles casos de acoso escolar. Es importante señalar que el Protocolo no está diseñado para ayudar a la víctima o a su familia, esta creado para ayudar al centro escolar. Además, también hay que destacar que el protocolo lo abre el centro, la familia solo puede solicitarlo.
¿Cuándo SI se debe iniciar el Protocolo?

  • Cuando el centro haya observado conductas de acoso escolar
  • Cuando algún alumno manifieste una situación de posible acoso hacia su persona o hacia algún compañero
  • Cuando la familia o tutores legales del alumno sean quienes manifiesten una situación de posible acoso
  • Cuando haya conocimiento de la existencia de denuncia policial, judicial o queja al Ararteko
  • Cuando lo solicite la Inspección de Educación

¿Cuándo NO se inicia el Protocolo?

  • Cuando las conductas son de menor gravedad (como por ejemplo, las agresiones verbales que aparecen en un muy breve periodo de tiempo)
  • Cuando las conductas se caracterizan porque aparecen en un muy breve periodo de tiempo
  • Cuando las conductas originan la intervención educativa del profesorado
  • Cuando las conductas desaparecen con la misma rapidez con la que aparecieron, no ocasionando ninguna consecuencia permanente

Pasa a la acción

Como he dicho antes, si observas algunas de estas señales de advertencia, esto no necesariamente significa que tu hijo esté siendo acosado, pero podría indicar que ha llegado el momento de hablar con tu hijo sobre lo que está sucediendo en el colegio. Ha llegado el momento de pasar a la acción.
El primer paso que siempre recomiendo a los progenitores que realicen es comunicar al director del centro la situación. Para comunicar la situación al director, deberéis solicitar una reunión con el mismo. Es muy importante que a esta primera reunión acuda el director del centro (ya que, deberá firmar el acta de la reunión).
Si después de haber solicitado la reunión con el director, a la reunión solo acude el tutor o el orientador del centro (cosa bastante habitual), entonces recomiendo escribir una carta al centro en la que se solicitéis una reunión con el director y en la que se incluya brevemente el motivo de la reunión. Recomiendo, además, que esta carta se envíe con acuse de recibo o burofax. De este modo, podréis probar que habéis enviado la carta (aunque únicamente tendrá validez legal el burofax).  
Una vez estéis en la reunión con el director, ha llegado el momento de exponer los hechos. De esta reunión se tiene que hacer un acta en la que se recogerá:

  • La narración de los hechos sucedidos que hace la familia.
  • Las medidas que la dirección va a tomar de manera provisional para garantizar la seguridad de la presunta víctima.

Además, el acta será firmada por la familia y por la dirección del centro. Es muy importante que en el centro os den una copia del acta. Esta acta aparece en el Anexo 0 del Protocolo que aconsejo que llevéis impreso a la reunión.

Solicitar a un profesional de la Salud Mental una evaluación

Los daños psicológicos suelen aparecer en las víctimas de acoso escolar de manera lenta y paulatina y no de forma inmediata. El tiempo que pasa una víctima de acoso escolar hasta generar daños psicológicos significativos depende de factores que tienen que ver con sus características individuales y sobre todo del apoyo que recibe de su entorno social y familiar.
Recomiendo siempre realizar una evaluación, por un lado, para conocer las secuelas que el acoso escolar ha dejado en tu hijo y por otro lado, para poder entregar el informe en el centro escolar a modo de una prueba más.
El proceso evaluador, tal y como yo lo realizo en mi consulta de Psicología, se lleva a cabo en tres sesiones de una hora de duración cada una. En la primera sesión llevó a cabo la entrevista a los progenitores, en la segunda sesión realizo la entrevista con el niño y en la tercera sesión aplicó el AVE – Acoso y Violencia Escolar (I. Piñuel y A. Oñate).
Finalmente, realizó una cuarta sesión para realizar la devolución de los resultados, tanto al menor como a los progenitores.
Si tienes alguna duda que necesites consultarme o quieres preguntarme a cerca de la evaluación o tratamiento para niños que han sufrido acoso escolar, puedes ponerte en contacto conmigo.
También puedes leer otro artículo del Blog en el que hablo sobre cómo puedes proteger a tu hijo/a del ciberbullying.

Iratxe López Fuentes

Iratxe López Fuentes

Soy Iratxe López, Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica. Además, cuento con la Habilitación Sanitaria, lo que me permite ejercer como Psicóloga Clínica y ver pacientes. He atendido pacientes con diferentes dificultades psicológicas y emocionales, como, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, duelos, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales... Por último, me gustaría destacar que tengo la gran suerte de ser la directora del Centro Iratxe López Psicología.

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