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Cómo superar la amaxofobia o miedo a conducir

mujer con amaxofobia dentro de un coche

Ponerse a los mandos de un coche o una moto supone una gran responsabilidad, y es muy frecuente verse expuesto a situaciones estresantes mientras se circula.

Más allá de lo evidentemente delicado que es, hay personas que desarrollan un miedo irracional a conducir, y no son pocas. En diciembre de 2018, un estudio de la Fundación CEA concluyó que un 28 % de la población española manifiesta abiertamente sufrir de este miedo.

Lo que quizá no sepas es que este temor irracional constituye un tipo de trastorno de ansiedad, denominado amaxofobia. A continuación, vamos a contarte todo lo que tienes que saber sobre la amaxofobia, cómo superarla y por qué podría alguien padecerla.

amaxofobia

¿Qué es la amaxofobia?

El significado de amaxofobia se adivina analizando su etimología: es la unión de las palabras griegas amaxo (carruaje, carro) y fobia (temor, miedo).

Por consiguiente, ¿a qué tienes miedo si padeces de amaxofobia? A conducir, simplemente; al mero hecho de coger el volante (o el manillar) y completar cualquier trayecto.

Formalmente hablando, el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) define la amaxofobia como una clase de trastorno de ansiedad que se caracteriza por un terror causado por la situación concreta de la conducción.

Además, es un trastorno que no distingue ni de rangos de edad ni de sexos, aunque se calcula que las mujeres son algo más propensas a sufrir de amaxofobia que los hombres (en una relación del 55% frente al 45 %).

En cuanto a los síntomas de la amaxofobia, veremos que tienen mucho en común con los de cualquier trastorno de ansiedad (y casi con los de cualquier fobia tipificada):

  • Excesiva sudoración en las manos, rigidez muscular, temblores, hiperventilación y sequedad bucal.
  • Distorsión de la realidad mediante pensamientos catastrofistas recurrentes (concretamente, sobre tener un accidente) que, a su vez, causan angustia e incluso pesadillas.

No hay que olvidar que el paciente de amaxofobia se siente incomprendido por su entorno, lo cual retroalimenta su frustración y le impide abandonar un círculo vicioso de miedo y escasez de confianza.

Posibles causas por las que se alcanza la fobia a conducir

En realidad, la idea que planea sobre la mente de quien sufre amaxofobia es un miedo subyacente a sufrir un accidente de tráfico, y ese temor es precisamente el que inspira el miedo a conducir.

Pueden existir dos grandes motivos que justifiquen este trastorno, aunque todavía no se haya esclarecido empíricamente su origen:

  1. Experiencias traumáticas. Si alguien se ha visto involucrado alguna vez en un accidente relacionado con la conducción, y las consecuencias del suceso han revestido gravedad severa (por ejemplo, la muerte de algún ser querido, o alguna mutilación), se puede considerar este evento como disparador del trastorno.
  2. Falta de confianza. Cuando alguien adolece de confianza en sí mismo (fruto habitual de la inexperiencia), desarrolla con más fuerza el temor a cometer un error que podría tener consecuencias fatales, como las descritas en el punto anterior.

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¿Cómo puedes superar la amaxofobia?

Reconoce que tienes un problema

El punto de partida para superar cualquier trastorno es ser consciente de que existe, y no obviar el problema ni evitar hablar de él. Despójate de tabúes y prejuicios, y asume que quienes te juzguen probablemente se sentirían igual en tu situación.

Contacta con otros que también la sufren

Este es un miedo mucho más común de lo que se cree, y es muy probable que puedas ponerte en contacto con otras personas que se encuentren en tu misma situación. De esta forma, no volverás a sentirte incomprendido, y también os podréis apoyar mutuamente.

Recicla tus habilidades de conducción

La mejor forma de dejar atrás las inseguridades es enfrentarse directamente a lo que las causa. Existen talleres específicos que utilizan simuladores de conducción en realidad virtual para ayudar a las personas a reproducir las situaciones que tanto miedo les inspiran, pero, evidentemente, sin la componente del riesgo a sufrir daños por un accidente.

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Dado que la amaxofobia no deja de ser un tipo de trastorno de ansiedad, quizá la mejor idea sea acompañar todos los consejos anteriores con la guía de un terapeuta; él o ella sabrá orientarte en tu proceso para que recuperes el control de tus pensamientos y, por consiguiente, de tus conductas.

Ejercicios para superar la amaxofobia

El tratamiento para la amaxofobia se basa en la recuperación de la autoestima, en mantener a raya los pensamientos negativos y en recuperar el control sobre los propios actos. Por lo tanto, te recomendamos que:

  1. Evites juzgar tu forma de conducir, y no te compares con los demás.
  2. Vivas el momento presente, y no te anticipes a lo que aún no haya sucedido.
  3. Cuides del interior de tu vehículo. Mantenlo limpio y ordenado, y conviértelo en un espacio relajante.
  4. Escuches música que te guste mientras conduzcas. Te relajará y te hará pensar en positivo.
  5. Relates en voz alta tu trayecto y maniobras: ahora giro a la izquierda, y después del semáforo aparcaré. Esto te ayudará a tener una mayor sensación de control.

Esperamos que hayas aprendido todo lo necesario para identificar la amaxofobia: qué es, qué la causa y cómo se puede tratar. No olvides que conducir es una tarea prácticamente indispensable (e ineludible en muchos casos), así que te recomendamos que, si crees que puedes padecer de amaxofobia, pidas ayuda a un psicólogo profesional.

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Iratxe López Fuentes

Soy Iratxe López, Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica. Además, cuento con la Habilitación Sanitaria, lo que me permite ejercer como Psicóloga Clínica y ver pacientes. He atendido pacientes con diferentes dificultades psicológicas y emocionales, como, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, duelos, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales... Por último, me gustaría destacar que tengo la gran suerte de ser la directora del Centro Iratxe López Psicología.

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